El proceso conocido como lluvia de ideas (o también popular en inglés como brainstorming)
es un proceso didáctico y práctico mediante el cual se intenta generar
creatividad mental respecto de un tema. Tal como lo dice su nombre, la
lluvia de ideas supone el pensar rápida y de manera espontánea en ideas,
conceptos o palabras que se puedan relacionar con un tema previamente
definido y que, entonces, puedan servir a diferentes fines. El proceso
de lluvia de ideas es hoy en día muy utilizado en espacios tales como
reuniones laborales, en clases, en debates, etc.
La noción de lluvia de ideas parte del hecho de ampliar la participación,
democratizarla, a todos los presentes en el espacio en el cual la
reunión o el evento se lleva a cabo. Esto es así porque se considera que
muchas mentes, con sus particularidades, contribuyen mejor a la
generación de ideas y de posibles proyectos, que una sola. La lluvia de
ideas entonces comienza con la definición de un tema o quizás también
con el establecimiento
de un problema o conflicto a resolver. Luego se invita a que los
miembros o los presenten propongan ideas, conceptos, posibles
soluciones, formas de actuar, respecto de ese tema o conflicto
planteado. Es por esto mucho menos estructurado y rígido que otras
técnicas de planeamiento conocidas.
Es importante para que la lluvia de ideas funcione correctamente dar
un tiempo más o menos determinado al momento de participación abierta a
todos y luego pasar a una segunda etapa en la cual esos conceptos deben
ser pulidos, ordenados, clasificados
y, de ser necesarios, eliminados de la lista. El proceso de depuración
puede ser realizado por un profesional o conocido sobre el tema a
trabajar (por ejemplo, el profesor en clase) pero en algunos casos puede
ser completado por la misma cantidad de personas que participó antes.
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